Viaja lo que puedas: Misiones ¿Cómo se dice futbol en guaraní?

Nos despedimos de Salta y de nuestros compañeros de hostel rumbo a las cataratas de Iguazú, pero antes un chico de la región de Misiones, nos recomendó hacer algunas paradas en el camino. No pudimos hacer todo lo que nos dibujó en el plano pero si visitamos las ruinas de San Ignacio. La idea era visitar también Posadas pero la ola de calor estaba en su esplendor con unos fantásticos 39.5 º a las diez de la mañana y tras dar un paseo, visitar una exposición fotográfica, ver la costanera, el río Paraná, el internacional puente de San Roque González de Santa Cruz para cruzar a Paraguay y unas bonitas vistas de Paraguay al fondo, decidimos pasar dos día en un lugar con menos asfalto.

Catedral de Posadas

Al llegar a San Ignacio, un pueblecito rodeado de selva y ríos, nos arrastramos para buscar alojamiento. Tuvimos la suerte de encontrar uno baratito, con piscina, cesped y hamacas, ¡Como nos gusta hamacarnos! :)). En la oficina de turismo nos aconsejaron ver las ruinas de San Ignacio Miní y visitar el parque nacional Teyu Cuare.

Niños Guaraníes

Al parque se podía ir en bici que las alquilaban bien caras y encima no podías hacer toda la ruta con ellas o andando 8 km hasta la entrada del parque. Se nos ocurrió pensar que no haría calor por la mañana y nos equivocamos, suerte que la gente es muy amable y levantamos el dedo para hacer autostop por un camino de tierra y un trabajador de la zona nos subió en el cajón de su ranchera y nos quitamos un tramo de polvoriento camino. El sendero del parque era selva y no hacia calor, solo había que tener cuidado con las arañas y las telarañas que se te pegaban a la cara, cuando veáis la foto lo entenderéis. Exise un sendero que lleva a la casa en la que presuntamente habría vivido Martín Bormann, jerarca nazi condenado (en ausencia) a muerte en los juicios de Nuremberg de 1946.

De paquete en la ranchera

Acabamos la primera parte de la caminata con bañito en el río y vistas a paraguay. La vuelta a las tres de la tarde ni la cuento que me agobio del calor que pasamos.

Al llegar al resort :) teníamos una araña inteligente en el inodoro que cuando oía el sonido de la cisterna y antes de ver el agua, corría a esconderse detrás del chorro del water, lo hizo varias veces ¡Que maravilla de araña! Aquí los bichos son los reyes, vimos a uno tirando de un cacho de zapatilla, como los chatarreros. Estuvimos muy agustito pero a lo que uno no acaba de a acostumbrarse es a los baños, están descuidados, por lo demás es como si estuvieramos en casa, hasta buscamos las ofertas en el super ;).

Curioso que nos encontramos a una familia de Málaga en el hostel, no estamos viendo demasiados españoles como cuando vas a Londres. Aquí ganan los israelíes que cuándo acaban el servicio militar, obligatorio de tres años, se pegan un viajazo por sudamerica. Tienen hostels enteros reservados y algunos buses van repletos de ellos. No sabemos si es porque acaban de terminar el servicio militar y están dislocados pero por lo general no son muy educados, aunque hemos conocido a algunos que ellos mismos se definen como diferentes y son más agradables. Esta es una opinión compartida con algunos dueños de los hostels.

Después de pasar por Misiones tendremos que volver a ver la película de Robert de Niro, La mision, en ésta peli se representa una de las guerras de esta zona por la posesión de la colonia de sacramento entre España y Portugal.

Las ruinas nos sorprendieron bastante y más la historia de la zona. Las misiones fue una simbiosis entre indígenas e iglesia pero los que salian ganando estaban a muchos kilometros ajenos a las tragedias que se sucedieron en ésta epoca, como siempre los Españoles también estabamos involucrados en esto. Los guaraníes se refugiaban en estos fortines huyendo de los portugueses y españoles que los usaban como esclavos y mano de obra barata, mientras los jesuitas los evangelizaban mezclando catolicismo y costumbres indigenas para que... "entrara mejor la religión". Al final ganaban los colonos que conseguían lo que querían. Decir que el trato a los guaraníes fue vejatorio ya que los trataban peor que a los esclavos africanos, era fácil, por unos se pagaba y a los otros se capturaban como ratas y se exprimían hasta dejarlos morir, solo había que volver a la selva y coger otro puñado de "animales". Nos hemos avergonzado varias veces en el viaje de nuestro pasado pero esta fue la peor. Muchos pensarán que hace quinientos años de aquello pero el racismo hacía sus originarios se sigue viviendo incluso por los mismos argentinos, mexicanos, guatemaltecos... y eso lo trajimos nosotros, en Asia no se ve ésto.