martes, 25 de febrero de 2014

Region de los lagos, la decima está aqui.

   Nos esperaba otro cruce de frontera, esta vez de Chile a Argentina, pero seguíamos fascinàndonos con la Patagonia, entrábamos en la región décima (como la champions que va a ganar el R. Madrid este año), Región de los lagos. Al cruzar la aduana el perrito volvió a tocar con la patita nuestras mochilas, lo que supone montar y desmontar todo pero esta vez tocó alguna más así que no pasamos tanta fatiga. Además de lagos esta provincia esta rodeada de los volcanes más activos de sudamerica, lo que hace mas bella aún a la zona dándole un toque de misticismo. Lo gracioso es que cuando han erupcionado las cenizas van a parar a Argentina, parando incluso el tráfico aéreo y hay  cierto pique entre ellos, bueno por eso y por las fronteras del sur.

     Compramos el bus para viajar a Puerto Mont, capital de la región pero decidimos pararnos en Osorno porque era más fácil la combinación a Pucón. Al llegar a la estación no habíamos reservado nada para variar y se nos acercó una señora ofreciéndonos una habitación en su casa y como el precio era razonable nos fuimos con ella, bueno con ella y con sus tres hijas y dos nietos con quien compartía la casa o mejor dicho la habitación. Alquilaba la casa y luego subarrendaba las habitaciones, la cosa es que estuvimos acompañados y charlando hasta tarde, incluso nos convencieron para quedarnos algún día más para conocer la zona.

     La verdad es que sabíamos que más al sur estaba la isla de Chiloé que entraba en nuestros planes pero tuvimos que cambiar la ruta por falta de tiempo y nos íbamos a saltar la zona de Osorno y Chiloé. Gracias a ello pudimos disfrutar del lago Osorno y del pueblo Frutillar, este pueblo fue impulsado por los colonos  alemanes así que imaginar el estilo de la arquitectura del pueblo, eran todo casitas de madera de una sola planta preciosas, incluso pudimos degustar el Kuchen, un pastel típico de la zona con crema de frutas cuya palabra significa bizcocho en alemán.

Os dejamos fotos de la zona.










Las peligrosas calles de Osorno (el tendido electrico en sudamerica deja que desear)

O








El coloso Perito



     De nuevo nos vemos cruzando la frontera hacia Argentina, algo que ya se convierte en habitual.  Nada más llegar a Calafate compramos nuestro boleto para ir a Perito Moreno al día siguiente y nos fuimos a nuestro hostel. Calafate es un pueblo orientado al turismo, todo el centro esta formado por casitas de madera muy coquetas pero demasiados  comercios lo que hace pierda un poco su encanto.

     Ya por la mañana tomamos rumbo hacia Perito Moreno. En la estación nos encontramos con dos chicas uruguayas con las que compartimos bus desde Punta Arenas y Jose que estaba rabiando de dolor por una rozadura que tenía en el talón se fijó en que una de ellas llevaba como un plástico puesto así que le vi hablando con ella y al rato me pregunta ¿Tienes una compresa? Ummm ¿Para qué? Para ponérmela en la rozadura. Yo no tenía pero la chica uruguaya le dió una y no dudó en ponérsela. La verdad es que las tiritas se caen y no le hacían buen apaño y con la compresa estuvo de lujo ;-).

     Tras una horita de trayecto llegamos y ya de lejos se podía ver el Perito Moreno, era inmenso! El glaciar es gigante y hay unas pasarelas por las que puedes acercarte bastante a verlo. Nos esperábamos una maravilla pero sin duda alguna se superaron las expectativas. Te sientes muy pequeño ante el Perito, tan grande, tan blanco, tan azul, y cuando sientes el crujir de las grietas que se abren se te ponen los pelos de punta, parece que está vivo.










     Estuvimos paseando por las pasarelas y no podíamos dejar de mirar. Estas atento, escuchas un crujido, miras, ves caer un trozo gigante y las olas que forma,además tuvimos suerte y vimos paredes enteras caerse y formar icebergs de un color azul difícil de imaginar en la naturaleza.

Aquí una secuencia de fotos de desprendimiento.







 Al día siguiente no quedaban plazas en el bus a Bariloche así que nos quedamos en Calafate descansando ya que yo tenía el tobillo un poco dolorido desde Torres del Paine, Jose llevó la ropa a la lavandería y estuvimos en el hostal tranquilitos. Lo que suele hacer la gente y nosotros teníamos pensado es ir a ver el pico Fitz Roy, como un santuario para los escaladores.

 Antes de agarrar el bus de 28 horas hacia Bariloche nos dimos un paseo por la costanera de Calafate con la compañía de un chico italiano que conocimos en el hostel y nos comimos una de esas milanesas enormes que hacen en sudamerica.

     Pensaréis 28 horas!! Que paliza!! Ya estamos acostumbrados y aunque parezca mentira se nos pasan rápidas. Vamos tumbados en el coche cama, nos traen la comida y bebida, leemos, dormimos, nos ponen películas...aunque más que películas parecemos un experimento como en la naranja mecánica, tuvimos una sesión de 16 horas seguidas de películas de violencia de las de Bruce Willis, Silverter Stalon, Steven Seagel mezclado con Alien y Predator, Jose cuando se bajó del autobús decía que quería pegarle a alguien jaja.

     Y por fin llegamos a San Carlos de Bariloche. Bariloche es conocida por sus lagos, llamada la región de los siete lagos, además de por su chocolate, helados, cerveza artesana...algunos dicen que es la pequeña suiza de Argentina (tendremos que ir a Suiza para comprobarlo).

     Nosotros decidimos visitar la zona en bicicleta. En concreto hicimos el circuito chico que son unos 35km aunque más bien fue ruta andando y en bici porque yo no podía subir las cuestas y me tenía que bajar de ella (evidentemente soy Mari Carmen). El camino está rodeado de montañas verdes y lagos turquesas.














     Después de la ruta a dos ruedas pusimos rumbo al Cerro Campanario junto con Mica, una chica alemana que conocimos en circuito chico. Al cerro se puede subir en telesilla o andando, nos dijeron que andando era una hora de pura subida, pero nosotros lo hicimos en 20 minutos, no sabemos si es que son unos exagerados o que estamos en forma ;-) pero mereció la pena subir la cuesta. Sabíamos que las vistas eran bonitas pero no nos imaginábamos que eran tan bonitas, nos quedamos con la boca abierta al vernos rodeados de infinitas montañas de un verde intenso y de un montón de lagos de todos los tamaños que nos rodeaban 360 grados. Podemos afirmar que ha sido una de las mejores panorámicas del viaje.



     Y para completar el día a la vuelta fuimos a una cervecería artesana. La primera idea era visitar la cervecería La Berlina que nos recomendó nuestro amigo Cristian de Buenos Aires pero por el camino el conductor del auto nos dijo que era muy turística y nos recomendó otra donde va la gente local, así que allí fuimos y encima era happy hour dos por una! Jose, , como un valiente, probó la cerveza más amarga y yo probé una scotish rubia y otra  que elaboran con miel, junto con una pizza argentina que nos sentó de maravilla.
     Y por supuesto no nos podíamos ir de Bariloche sin probar los helados y el chocolate, así que el tercer día como ya nos despedíamos de Argentina nos gastamos los pesos que nos quedaban en chocolate y paseamos por el pueblo viendo nuestra última pareja bailando tango.

martes, 18 de febrero de 2014

Torres del Paine

 
NOTA: Este post es muy largo, a las familias le gustan los detallitos y a nosotros nos servirá de recordatorio, podéis pasar a ver las fotos que cuentan casi lo mismo si se hace pesao. ;)

  Llegó el momento de visitar la octava maravilla natural del mundo, eso leímos en un panfleto pero no hay documentación que lo acredite aunque bien lo merece. Teníamos muchísimas ganas de recorrer un parque nacional en la Patagonia y a patita, con toda la comida y la casa a cuestas. No sabíamos si podríamos ni intentarlo porque antes del viaje tuve una lumbalgia y una semana antes en Buenos Aires un esguince, así que el panorama no era esperanzador.

     Desde Ushuaia fuimos a Punta Arenas, una ciudad colindante con el estrecho de Magallanes. No teníamos interés en visitarla pero nos pareció bonita. Después nos enteramos que hay una islita con una colonia de pingüinos y la puedes visitar a pie. Nos dijeron en Buenos Aires una pareja de chilenos que había una zona franca donde comprar barato y quería comprarme otra cámara de fotos y unas botas de montaña para evitar mas accidentes con mis tobillos así que decidimos hacer noche allí.

     Sin nada preparado llegamos en bus desde Ushuaia con susto incluido pues en la frontera vemos al perro de la gendarmería ladrando al maletero del bus y bromeamos diciendo que habrá olido los porros de alguno. Cuando bajamos del bus nuestras maletas no están en el maletero, BINGO el perrito ladró a nuestras maletas, llevábamos unas peras en la bolsa de Mari Carmen lo que supone unos 200 $ de multa, menos mal que el "autobusero" nos dijo que marcáramos la casilla de que llevábamos comida por si acaso se nos olvidaba y le hicimos caso, no nos acordamos de las peras pero no nos pusieron multa eso si registraron todo muy bien hasta, la bolsa de la ropa sucia! El perrito olió algo en mi mochila y el poli me preguntó que llevaba y le dije que nada pero me hizo sacar todo, a ver si va a ser verdad lo de que te meten droga en la maleta, hasta que vio los caramelos de coca que compramos en Perú, como buenos turistas, para el mal de altura. Me dijo que estaban prohibidos en Chile y me esperaba lo peor, en Chile se toman muy en serio el cruce de fronteras, pero solo los tiraron a la basura. Que bien adiestrado estaba el jodio perro!
     Por donde íbamos, llegada a punta arenas y en la parada una señora nos ofrece habitaciones, así que perfecto hicimos noche y compramos las cosillas. Al día siguiente llegamos a Puerto Natales y en la estación nos llaman a un hostel y nos reservan, todo iba sobre ruedas, además el dueño, Willy, dice que si queremos nos juntamos con varios chicos del hostel y asamos un cordero magallánico, una exquisitez de la Patagonia que queríamos probar y encima él mismo nos alquila los equipos de montaña para el día siguiente, sacos, tienda, cocinilla, cubiertos .... Así que nos fuimos a dormir con todo listo para la  caminata, había que descansar, lástima que a la hora de dormirme se partió la cama en dos y me dejo el colchón hecho una U.  No eran horas de quejarse así que me acomodé a la U y no me moví en toda la moche, imaginad mi espalda el día siguiente.

     Nos levantamos por la mañana sin quejarnos y nos vamos a Torres del Paine con un tiempo buenísimo. Decidimos ver sobre la marcha si hacemos la famosa W que todos recomiendan pero que es durísima con todo a cuestas.
     Como curiosidad contar que en el bus nos encontramos de nuevo con Kim nuestro amigo  coreano, ya van tres encuentros, habrá que ir a verlo a Corea jeje.

     Llevamos una mochila grande con dos sacos de 2,2 kg, una tienda para dos, ropa, comida para cinco días, pasta rápida, frutos secos fruta deshidratada, chocolate, dulce de membrillo en general comida que aporte mucho y pese poco aun así las mochilas nos parecían dos bloques de cemento a la espalda, en  especial la mía que era la grande y donde cabían la tienda y los sacos. La ruta consistía en:

     El primer día: Torres del Paine ya que hacia buen día y no se ven bien todos los días. Después de tres horas y media de caminata (cuesta arriba) llegamos al campamento las torres, montamos nuestra carpa y ya sin mochilas subimos una hora por camino pedregoso, muy duro, hasta el mirador y ahí estaban, suelen tener nubes que las cubren pero nosotros conseguimos una magnifica vista de estas tres torres de granito que dan el nombre al parque. De vuelta al campamento nos encontramos a un alemán de 40 tacos corriendo de un lado a otro como loco, estaba intentando autorretratarse subido un risco y cuando nos vio nos pidió que le hiciéramos una foto... o varias con zoom, si zoom, con  flash, sin flash etc.
     Por la noche llovió un poco pero la tienda aguantó bien.






     Segundo día: Fueron 10 horas hasta el campamento italiano, arrastrando con todo el equipo, pasando por Cuernos del Paine. El camino se alargó más porque nos pasamos un desvío que recorta algo de camino. Durísima la caminata, pero el entorno te quita los dolores y hace que no pienses en lo que te queda. De vez en cuando vemos a unos salvajes con mochilas mas grandes que las nuestras corriendo ... ¿Quienes serán?  Me dan ganas de llorar al verlos :@, resultan que son los porteadores de algunos afortunados que pagan para ir más cómodos.






     Llegamos y acampamos al lado de un río turquesa con vistas a un glaciar, no podemos quejarnos y además gratis, por eso fue tan duro. Existen campings de pago mas accesibles, pero nosotros para hacerla en cuatro días, decidimos hacerla como los campeones, teníamos que dormir en este campamento. Tuvimos a ratos un acompañante israelí y también nos cruzamos con alguna madrileña y con Kim de nuevo. Kim lleva un año viajando y le he preguntado varias veces cual es su top 10 nos dijo que el valle del francés estaba entre sus mejores lugares, así que no teníamos duda de que subiríamos pese a que el tercer día tampoco sería de descanso.

     Tercer día: No madrugamos mucho porque teníamos que recuperarnos, lo bueno fue que las primeras cinco o seis horas serían solo con la comida y bebida necesaria para la primera parte, luego nos esperaba todo el equipo para la ultima parte, unas tres horas más pero con rachas de viento que te tiraban al suelo. El Valle del francés es espectacular y más aun si el camino va acompañado de glaciares que rugen, ríos cristalinos, cóndores enseñando a volar a las crías (impresionante) ...
     El camino acabó en el refugio Paine Grande, aquí pagamos ya que sino  habría que andar dos horas más.  El refugio estaba al lado del lago Pehoe y en la falda de la montaña.

 












Y cuarto día: El cuarto día lo haríamos con la mochila pequeña con lo justo para el día y parecía que volábamos. Fueron 25 km y si no fuese porque a la vuelta Mary se hizo daño en el tobillo, habría sido un paseo. Antes de llegar al glaciar puedes ir apreciando pequeños icebergs deambulando por el lago Grey, que aumentan en tamaño y cantidad  cuando llegas al glaciar. Nos habría gustado dedicarle otro día al parque pero en estas fechas la disponibilidad de los autobuses manda y tuvimos suerte de no quedarnos colgados como nos ha pasado en otros sitios.












     Para volver a Puerto Natales, se puede seguir andando o tomar un bonito catamarán cruza el lago en media hora y ves de lejos lo que has visto tan cerca y luego un PesteBus, lleno de calcetines sucios y toallas humedas. El catamaran tuvo que dar dos viajes y nos retrasamos dos horas, lo que suponía llegar de noche a la ciudad, cojos, apestando a perro mojao (cuatro días con toallitas de bebe), sin comida y peor aún sin reserva para dormir y en temporada alta. Volvimos al hostel donde dormimos la primera noche, sí somos masocas y volvemos al de la cama partida, y no tenían cama libre pero nos hizo un GRAN FAVOR y nos llevó a casa de su primo que en casos de emergencia tiene una bonita habitación, con colchones mulliditos y un desayuno completo casi al mismo precio que la habitación de 8 del hostel.
    Al día siguiente relax y lavandería y pensando ya en Perito Moreno.