Compramos el bus para viajar a Puerto Mont, capital de la región pero decidimos pararnos en Osorno porque era más fácil la combinación a Pucón. Al llegar a la estación no habíamos reservado nada para variar y se nos acercó una señora ofreciéndonos una habitación en su casa y como el precio era razonable nos fuimos con ella, bueno con ella y con sus tres hijas y dos nietos con quien compartía la casa o mejor dicho la habitación. Alquilaba la casa y luego subarrendaba las habitaciones, la cosa es que estuvimos acompañados y charlando hasta tarde, incluso nos convencieron para quedarnos algún día más para conocer la zona.
La verdad es que sabíamos que más al sur estaba la isla de Chiloé que entraba en nuestros planes pero tuvimos que cambiar la ruta por falta de tiempo y nos íbamos a saltar la zona de Osorno y Chiloé. Gracias a ello pudimos disfrutar del lago Osorno y del pueblo Frutillar, este pueblo fue impulsado por los colonos alemanes así que imaginar el estilo de la arquitectura del pueblo, eran todo casitas de madera de una sola planta preciosas, incluso pudimos degustar el Kuchen, un pastel típico de la zona con crema de frutas cuya palabra significa bizcocho en alemán.
Os dejamos fotos de la zona.
Las peligrosas calles de Osorno (el tendido electrico en sudamerica deja que desear)
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