Rumbo a Machupicchu

     Llegó el Inca Jungle. Existen varias maneras de llegar a Machupicchu, como el caro camino inca que sigue antiguas rutas incas usadas para hacer llegar los mensajes al Inca, que sale por unos 500 o 600 dólares y son cinco días. Otra manera es pagando los 90 dólares de tren para llegar a Aguas calientes, hacer noche allí y subir en bus a Machu por 18 dólares y alguna otra manera más que no nos convencía.  Nosotros nos decidimos por el Inca Jungle, 4 días tres noche por unos 185 dólares y ahora os iremos contando de que va esto.

     El primer día no había caminata, la primera actividad consistía en subida en furgoneta al pico Abra Málaga ( 4200 mts ) y bajar hasta los 1250 mts en bici. Llovía un poco y el frío estaba presente. Cuando vimos el material para bajar 3000 metros de altura me quedé con la boca abierta. Algunos iban en pantalón corto, sin guantes, las bicis llenas de cinta aislante, las ruedas gastadas, había que bajar con mucho cuidado. Maricarmen no estaba segura si bajar o no y decidió bajar en el microbus.

     La bajada fue emocionante, la niebla,  la lluvia, el frío, y los carros nos acompañaron en la primera parte de la bajada. Cambiamos de clima bruscamente y cuando salía el sol en la parte baja hacía mucha calor y humedad. Estábamos empapados ya que cruzamos varios arroyos por el camino, a uno de ellos le llamó el guia "El gringo killers", yo tuve una salida de pista pero sin consecuencias. Abajo nos recogieron y nos llevaron a Santa María donde comimos con otros grupos y donde teníamos planeado hacer rafting en el río Urubamba. 

 

¡Pedazo de equipación!

Estas eran las vistas que teníamos con las bicis, en la segunda parte del recorrido

      El rafting solo lo hice yo (Jose) y Soraya, una de las dos chicas portuguesas del grupo, junto a tres monitores. La experiencia estuvo guapa y no lo hicimos mal para ser la primera vez, además la barca no tenia sujeciones para los pies y lo hicimos al estilo indio, al final cuando cantaba victoria llegando a la orilla, una ola sacudió la barca y caí de espaldas al río (otra más), un simple rasguño en la misma rodilla que antes con la bici y "pal" hospedaje con una sonrisa de oreja a oreja.

     Cenamos todos en el pueblecillo y tomamos unas cervezas en el hospedaje conociéndonos un poco. Cada uno contó su viaje o viajes y te das cuenta lo mucho que hay por conocer, nos despedimos y hasta mañana que tocaba un día laaaargo.

     El segundo día desayuno a las 7:30 y todos en marcha para una caminata de nueve horas. El guía nos iría contando cosas por el camino, como por ejemplo que la actual Santa María fue arrasada por el río Urubamba en el 1999, debido al fenómeno de El Niño, de echo pasamos por la antigua ubicación y se te estremecía el corazón,  nos contó que la subida fue de noche y pilló a todos durmiendo.

Antigua población de Santa María

¡Que buen grupete!

     Continuamos la caminata habiéndonos unido ya dos grupos, había gente de todas partes del mundo y muy buen ambiente. Teníamos al típico coreano haciendo fotos a todo lo que se encontraba. Sabíamos que había derrumbes por la zona y había que andar con ojo, de hecho oímos un ruido y cayeron piedras a nuestro lado de tamaño considerable y nuestro amigo Kim (el coreano), que iba con auriculares y le tuvimos que gritar para avisarle, no se le ocurre otra cosa que grabar desde abajo el movimiento de tierra, es un crack ya vereis los vídeos.

     René, el guía,  nos contó que la coca esta muy controlada y solo se puede cultivar si tu familia había cultivado antes y estaban obligados a venderla a 10 soles el kilogramo a una gran farmacéutica,  no os confundáis con la cocaína.  Muchos venden las hojas de coca en el mercado negro a unos 20 soles, se usa para hacer el mate de coca, masticar, hacer caramelos e infinidad de productos.
     

     Otro producto muy cultivado en el valle del Urubamba es el café, por el camino nos enseñaron como se recoge, seca y empaqueta, todo artesanal y en mitad de la selva. El trabajo es duro y por el camino vimos trabajadores mascando hojas de coca, de la cual nos ofrecieron para el soroche y el cansancio.

Para dar sombra al café, se plantan plataneros cerca de los cultivos.

     En una de las paradas para descansar René nos preparó una degustación de cacao puro, semillas de cacao tostado con miel que estaba buenísimo y además un tequila que llevaba una serpiente dentro y sabía a rayos, pero había que probarlo. También nos enseñó a chachear las hojas de coca, se te duerme la semana boca y el sabor no es muy agradable, además se te queda toda la dentadura verde. Por último el guía se rió de nosotros disfrazándonos y haciéndonos correr bailando la danza de la lluvia :)

Que bien salgo en la foto, jaja

    

Creo que era Inca Tequila con bicho alcoholizado. Fuerte, fuerteeee.

     Para la hora de comer hubo sorpresa, teníamos un rato para echar una SIESTA en unas tumbonas colgadas de los árboles,  aunque no descansamos demasiado porque estábamos rodeados de gallos y gallinas como elefantes curioseando a nuestro alrededor.

 La siguiente parte fue la mejor, el camino empinado de escalones de piedra y con unos acantilados espectaculares formaba parte de un camino inca, por donde los chasquis, mensajeros incas, eran capaces de transportar un mensaje  a una distancia de 2000 km en sólo 5 días (personalmente lo veo exagerado, pero dicen que crecían corriendo y era su única función). Casi al final del camina, en una de las veces que tocaba cruzar el río nos sorprendió que esta vez no había un puente sino un cable de acero, una plataforma cochambrosa de madera y metal y una mujer que por medio de una  cuerda pasaba de un lado a otro a la gente. Fue toda una experiencia pasar el río salpicándote en las piernas el agua de los rápidos.
 

Parte del camino Inca que hicimos. Daba algo de miedo bajar por ahí con los mochilones.

    

 
 Lo mejor llegó al final, nos esperaban unas termas de agua caliente que nos dejaron como nuevos y en un enclave inmejorable, rodeados de altas montañas.

     Por la noche cenita muy entretenida con ronda de chupitos de inca tequila con salsa de rocoto y una cervecita en la disco del pueblo de Santa Teresa donde hicimos noche y nos agrupamos con otro grupo más.  Mañana me tocaría andar y Maricarmen haría una Tirolina espectacular, pero eso os lo cuenta ella.

    

     Al día siguiente me tocó disfrutar a mi (Mari Carmen), mientras Jose andaba durante tres horas yo me fui con  otros compañeros del grupo a hacer tirolina. En total fueron cuatro tirolinas, la más larga de un kilometro y medio, y la más alta de 400 metros, rodeadas de unas vistas increíbles. Lo mejor fue cuando pudimos hacerlas al estilo "superman" ya que se podía hacer junto con el guía de forma que el se encargaba de sostenerte y yo lo único que tenía que hacer era volar boca abajo y disfrutar, fue literalmente como volar!!

   










Después nos reunimos con el resto del grupo para comer y posteriormente seguir caminando por la vía del tren hasta llegar a Aguas Calientes, el pueblo base para subir a Machupicchu, dónde ya llegaban las emociones por estar cerca de nuestro destino.

     Y por fin llegó el momento!! Eran las cuatro y media de la mañana cuando comenzamos nuestro ascenso a Machupicchu, y por si habíamos andado poco los días anteriores, tuvimos que hacer frente a toda una subida de escalones incas (bastante dura), a las seis y media nos esperaba nuestro guía para explicarnos la ciudad sagrada y después a disfrutarla y ha hacer las mil fotos obligatorias.

Ola, ke aseee¡¡¡¡

¿Quien salta más?

   


     

    
Además para hacer sufrir aún más a nuestro cuerpo subimos a la montaña Wayna picchu para disfrutar de las maravillosas vistas con la ciudad iluminada por el sol, lo cual es muy extraño ya que lo normal es que llueva, pero a nosotros nos hizo un tiempo envidiable.

Vistas desde Waynapicchu

 

     Tenemos que agradecer a todo el grupo, Cristian, Albert, Soralla, Teresa, Nicolas, los Kim, Min, Catherine, Chris, Maude y a todos los demás la grata  compañía, el viaje no habría sido igual sin vosotros.