martes, 21 de enero de 2014

Nochebuena en las quebradas argentinas

     Cruzamos de nuevo la frontera y nuestra primera parada en Argentina fue en Purmamarca. Mientras esperábamos el bus a Tilcara pudimos ver la montaña de los siete colores y la plaza del pueblo. El atractivo de la zona son los pequeños pueblos indígenas, su música, su comida y su emplazamiento.

     Buscamos alojamiento en Tilcara con agua caliente, que cuatro días con agua fría empezaban  a ser muchos (los últimos dos fue por mala elección del baño) y buscamos la peña de Carlitos que nos habían recomendado para comer, pero estaba cerrada por vacaciones. En el hostal nos recomendaron la peña  Chuspita con buena comida local y música andina en directo.




      Tocaba cena especial pues el viaje había sido largo. Mari Carmen pidió Locro que es un plato parecido a nuestros callos que me tuve que comer porque no le gustó y yo pedí matahambre de vaca al horno. También pedimos unas empanadas de carne y pollo y vino de la casa, todo comida recién hecha y casera, buenísima. La noche se nos amenizó con música indígena, flauta, guitarra, tambor, ukelele y unas voces fantásticas. Uno de los intérpretes el famoso Chuspita, paso a saludar a todas las mesas y cuando vio que éramos españoles se alegró muchísimo pues el había adquirido la nacionalidad española recientemente.  Se sentó un rato con nosotros y nos contó de sus giras por todo el mundo y su amor por la música y .... las mujeres, porque se le partía el cuello a cada momento, a parte de contarnos que tenía varios hijos esturreados ;). Tenemos que decir que se nos puso el vello de punta, es una música que llega al corazón. La cena fue carilla para lo acostumbrado, 185 pesos, pero mereció la pena conocer en una misma noche comida, gente de Tilcara y música local de gran prestigio.




El gran Chuspita

     Al día siguiente subimos a la garganta del diablo, que al no ser invierno no llevaba agua el río y lo principal es una bonita cascada que prácticamente no existía, pero el camino tenia unas bonitas vistas rodeados de cactus de cinco metros y el cañón a un lado, además nos vino bien la caminata de dos horas y media para lo que nos espera. Después queríamos ver las ruinas de Pucara pero estaban cerradas por vacaciones así que fuimos a Humahuaca, el mas bonito de los tres pueblecitos.

     En este pueblo quieren mantener su identidad originaria y no aborigen como otros le llaman. También con la nueva municipalidad quieren hacer un centro histórico peatonal y obligar a mantener la arquitectura colonial así como sus costumbres precolombinas. Nos cuentan que fueron la región que más se sublevó por la independencia de Argentina, hasta catorce batallas contra los españoles y solo se le ha agradecido con el monumento al héroe de la independencia, uno de los más grandes de argentina, la mayoría lo conoce erróneamente como el monumento al indígena cosa que les molesta.
    






   Los argentinos la quebrada de Humauaca tienen un gran parentesco con  el norte de Chile y el sur de Bolivia, incluso su lengua era el Quechua, al fin y al cabo las fronteras cambian más rápido que las personas.´


     A la vuelta paseamos por Tilcara y sus puestecitos y buscamos dulces navideños, encontramos algo parecido al turrón y descubrimos los alfajores que son una especialidad argentina pero se fabrica durante todo el año. A mi me gustaron los de dulce de leche y frutilla y a Mari Carmen los de durazno, todos casero y buenísimos.

     Ya a día 24 decidimos irnos a Salta, cuando llegamos el calor era isoportable y es que había ola de calor en el norte de Argentina, fue muy curioso ver en la víspera de navidad a las mujeres compándose biquinis. Nada más llegar al hostel nos dijeron que había cena especial de Navidad, así que no lo dudamos y nos apuntamos, no queríamos pasar nochebuena sólos pero es curioso ver a muchos viajeros que les es indiferente e incluso algunos se acostaron como si fuera un día cualquiera. Cómo íbamos a cenar mucho decidimos ir a picar algo al medio día y ya estaban cerrando todo por ser navidad asi que lo único que vimos abierto era un local en el que ponía panchos y preguntamos ¿qué es un pancho? y nos dice la chica, en tono obvio, un hot dog, ahhhh pues pon dos superpanchos.

Super pancho

Puesto de Choripanes (pan con chorizo criollo)

  

     Llegada la noche nos vestimos con nuestra mejor ropa (pantalón corto y camiseta para Jose y vestidito veraniego para mí) y nos fuimos a la fiesta. Era en una terraza con barbacoa para hacer asado argentino, nos justamos con compañeros de Austria, Francia, Canada y Bruselas. De primero, como no podía ser de otra forma, había empanadas argentinas con ensaladas y otros entrantes y luego llegó el asado, Ummm que rico!! Nos pusieron diferentes partes de carne, colita, cuadril, chorizo, morcilla,.... y todo acompañado de cerveza Salteña y Quilmes. Lo que si echamos de menos fueron los dulces de España ya que aquí sólo comen el pan dulce de navidad, que es el Panetone de toda la vida, pero bueno al fin y al cabo era una noche buena atípica, al aire libre, con barbacoa, gente de todas nacionalidades y Jose bañándose en la piscina, en cierta forma ni pegaban los mantecados. Luego hubo copitas y unos bailes en la pista y probamos el fernet con cola, muy consumido en Argentina, una bebida alcohólica elaborada a partir de varios tipos de hierba, sentimos decirle a nuestros amigos argentinos ¡Qué malo está!









    El día 25 fue tranquilo ya que todo estaba cerrado y sólo pudimos pasear por la ciudad pero el día siguiente hicimos una excursión a Cafayate, acompañados de Martin, el chico austriaco que conocimos en el hostel. Pasamos por la Quebrada de las Conchas, llamada así porque está repleta de amonites. Visitamos una bodega ya que son famosos los vinos de esa zona. En la degustación salimos un poco defraudados ya que el vino no nos supo bien y es que escuchamos decir a la chica que la botella llevaba unos días abierta (menuda cata), así que realmente no sabemos si los vinos de la zona son buenos. En el pueblo de Cafayate estuvimos dando un paseo viendo los puestos de artesanía y Jose se compró un colgante hecho de alpaca con un grabado de un Suri, un símbolo inca. Como curiosidad Cafayate significa en quéchua cajón de agua por el acuífero que hay debajo de su tierra.


Garganta del Diablo








     Nuestro último día en Salta lo aprovechamos para subir en el telesférico hasta el cerro de San Bernardo para divisar toda la ciudad. A este cerro suben la gente para ponerse en forma ya que está repleto de aparatos para hacer deporte después de haber subido la cuesta, incluso había monitores de spinning y aerobic. Además paseando por la plaza pudimos ver el desfile en el que presentan los nuevos trajes para el carnaval de 2014, eran todos muy coloridos.
   













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